traigo conmigo la desdicha
la poseo desde que aprendí la poesía
no es cosa de mal gusto
siento la felicidad insolente de ser poeta
alejarme de las sombras
enamorarme por las noches
olvidar por las mañanas
vacio mi alma en cuerpos
erios de pasión y alcohol
sin ningún remordimiento
y no miento cunado te digo
te amo
No hay comentarios:
Publicar un comentario